Museo del Tequila y el Mezcal en la Plaza Garibaldi

Buenas,

no soy muy de museos pero a veces hago excepciones. En la Plaza Garibaldi de Ciudad de México, famosa por los mariachis que se ofrecen para ser contratados por particulares, se encuentra el Museo del Tequila y el Mezcal.

No solo visité el museo, sino que me apunté a un circuito guiado por el mismo, el barrio y una cata profesional de tequilas y mezcales. Y lo cierto es que resultó muy interesante como veréis.

Se comienza esperando a que llegue el guía, lo que se hace más llevadero con un margarita de bienvenida.

El tour se llama Mayahuel. Al parecer los antiguos habitantes de estas tierras tenían un dios para cada ocasión, pero para la embriaguez necesitaban cuatrocientos. Así, Mayahuel es la madre de los cuatrocientos dioses de la embriaguez.

Ya con el guía, salimos a la plaza y explica la historia de la misma y la importancia de los diferentes edificios. Uno de ellos es el Mercado de San Camilito, que más que un mercado, que lo es, lo que compras te lo preparan y se convierte en un sinfín de restaurantes donde comer platos típicos, sobre todo de Jalisco que es de donde vienen los mariachis, y con nombres tan sugerentes como pozole o birria.

Son platos destinados a pasar el crudo, es decir, la resaca, pero deben estar buenos a juzgar por la clientela.

Visitamos también una pulquería. El pulque es una bebida que se obtiene también del ágave, pero solo por fermentación, es decir como si fuera una cerveza. Es lo que hay en el barril. Como parece que sabe mucho a campo, hay versiones más fáciles de digerir que son los curados, los que hay encima, que van mezclados con frutas. El caso es que te lo tomes.

De vuelta al museo, explicación del proceso, que el tequila es un mezcal más elaborado, que hay muchos tipos pero que mira que ponga "100% ágave" que si no el resto puede ser cualquier cosa y algunas curiosidades.
Por ejemplo, casi todo el mundo sabe que el mezcal puede llevar dentro un gusano…

… pero no todos saben que puede llevar otros animales. En este caso no creo que se coma, o por lo menos no de un bocado. Se me olvidó preguntarlo.

A continuación se sube a la terraza donde hay una cantina y ahí se realiza la cata. Un tequila blanco, un reposado, un añejo y un mezcal.
Te explican como beberlo y resulta que lo del limón y la sal primero es poco menos que un sacrilegio consecuencia de las películas de Hollywood. En realidad se usan para quitarte el sabor de uno antes de probar otro y según el caso con naranja y mezclando con canela o alguna especie de polvo de gusano que no recuerdo.

Sobre la técnica, ya hablaremos a la vuelta, que sin las botellas delante no es lo mismo.

Eso sí, al acabar la cata se ven las cosas de otra manera.

Y por si no te habías quedado a gusto, otra margarita de despedida. Esta vez de tamarindo.

Ya ha anochecido y la plaza se comienza a llenar de mariachis. Y no, si lo ves borroso, no es efecto del tequila, es que es el efecto miniatura. Guiño

En realidad la plaza se llena y el ambiente se anima ya más por la noche, pero por esta vez para mi era la hora de regresar.

Saludos,
Colegota

8 comentarios en “Museo del Tequila y el Mezcal en la Plaza Garibaldi”

  1. Interesante entrada, muy instructiva, habrá que organizar una cata para tu vuelta, jejeje! y no me explico como no te atreviste con unos tamales de seso mientras le dabas al pulque 😀

    1. En realidad los bichos lo que hacen es absorber el alcohol y así no pasa la graduación permitida. Parece que también le dan sabor. Y los gusanos al menos hay quien se los come y allá va el chute de alcohol directo.

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