Polvo, nieve, viento y sol…

…y donde hay agua un oasis
al norte no hay Pirineos
ni esta tierra es Aragon.

No se porque Kasgharia me ha recordado la cancion de Labordeta. Una de mis favoritas de entre las muchas que tiene.

Bueno, si se porque. Esto es el desierto. Las estribaciones del Taklamaklan para ser exactos. Arena y polvo por todas partes. Y a escasos 50 Km no se cuantos tipos de montanas diferentes. Desde las mas aridas aranadas por el hielo y los cambios de temperatura. Las mas coloridas con rojos y verdes increibles de las propias rocas, no de vegetacion. Y algunos de los mas altos picos nevados y glaciares.

Apenas he parado en Kasghar. Llegue un dia por la tarde y me junte con una pareja (frances-inglesa) para compartir un coche por la autovia de Karakoram. Autovia de nombre que por alguna razon en Ingles dicen autopista, pero que es simplemente una carretera y en la mayor parte del trazado de gravilla. Pero probablemente sea una de las carreteras con los paisajes mas espectaculares del mundo. Y he tenido una gran suerte con el clima. Dias soleados increibles.

El viaje en si es impresionante. Al poco de comenzar a subir se pasa por el cagnon del Ghez. Paredes inmensas en algunos casos y un colorido de las montanas que parecen pintadas a mano.



La primera etapa fue el Lago Karakul. No es de los mas bellos del mundo pero si emblematico. Por aqui han pasado poco antes de terminar sus empresas o sus vidas, viajeros y comerciantes de todas las epocas tras atravesar el paso del Khunjerab poco mas arriba, cuyo nombre significa “valle de la sangre” ya que donde habia negocio habia bandidos.

Para alcanzar el lago hay que rodear el monte Kongur, de 7700 m.

Y por el sur esta flanqueado por el Mustagh Ata, de 7500 m.

Un paseo facil alrededor del lago de algo menos de cuatro horas entre cabras, camellos, vacas y caballos ayuda a completar el dia y dar rienda suelta a los carretes de diapositivas que se estaban apolillando en el petate. La altura aqui es de unos 3600 m.

Por la noche el cielo es espectacular ya que como digo no hay nubes, pero el frio lo es mas aun, asi que de cabeza al yurt (la choza tipica de aqui) y a dormir bien abrigado. Dentro de un saco de -3 extremo y 5 confort necesito un edredon encima y cuando me muevo y me destapo me despierto del frio solo con el saco. No obstante dormi estupendamente esa noche.

Al dia siguiente lo que podria ser uno de los descubrimientos del viaje. Un valle recientemente abierto al turismo llamado Auyitagh (a veces escrito Oytag aunque lo pronuncian Oytak). Una zona, llamemosle alpina, que en una de sus partes termina en un valle cercado por un glaciar inmenso. Hay un hotel carisimo y penoso, que hay que evitar puesto que se puede hacer la excursion en el dia y volver a dormir a Kasghar o al Karakul. Ya contare las historias con el hotel porque son para largas noches de invierno.
El hotel esta a unos 2600 m. Se puede continuar un poco mas en coche hasta donde te asaltan para que alquiles un burro y si no quieres burro, como yo, pues a partir de ahi andando. Se ve que lo estan preparando para el turismo en masa porque hay camino de cemento e incluso escaleras en la primera parte del recorrido. Hasta que entras en el valle del glaciar. Entonces hay que atravesar un tramo que se ve que son sedimentos del deshielo que bajan por ahi en primavera y que recuerda a algunos capitulos de El Senor de los Anillos por lo oscuro de las tierras y lo laberintico de los senderos. Una vez pasado esto, vuelve el camino prefabricado con piedras para que vayan las abuelas con los nietos. Afortunadamente, o por ser temporada baja o por no conocerse mucho, estaba casi solitario.

Entonces subes una colina dandote la impresion que al otro lado esta el glaciar. Pero lo que hay es otra colina y luego otra y asi varias. Al final de la ultima una chabolita “china” que no se muy bien que pinta ahi porque algun dia me tendran que explicar porque le llaman China a esto. Y ya de paso alguna cosa mas.
La chabolita con sus asientos y mesa para contemplar la nieve y el hielo y hacer fotos descansado. A partir de ahi se pueden hacer varios caminos con la unica precaucion de no meterse debajo de la nieve porque hay avalanchas. Hay tambien alguna cascadilla que probablemente en primavera o comienzos del verano sea mas espectacular que ahora.

Para completar, hay unas aldeas entre la carretera y el hotel que tienen muy buena pinta y los Kirgizos (o como se traduzca Kirguiz) parecen dispuestos a intercambiar sonrisas, pero a mis companeros de coche les habian entrado las prisas de repente porque querian ver algo mas de Kasghar. Y es que como decia una amiga mia “Si no valis, pa que sus metis?”.

No pude ir a Taskhurgram, pero conoci en el Karakul a un espanol y un mexicano que venian de ahi y me dijeron que aunque la ciudad no vale nada, pero hay una ciudadela de piedra que parece estar bien. Y sobre todo el paisaje que esta muy bien y en algunos sitios salpicado de unas tumbas en forma de sombrero mejicano muy vistosas. Yendo en coche y parando a hacer fotos merece la pena.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio