Un poco hartito de los atracos a mano armada que suponen las agencias de viaje y todo lo relacionado con el turismo por aqui, me decidi por la oferta del hotel Qinibag de dos dias al desierto por seiscientos kuais.
El resto se va de precio y tienen un morro que se lo pisan.
– Son 1100 pero si encuentras mas gente te sale mas barato.
– Oiga, pero yo no voy a ir por la ciudad buscando gente, ese es su trabajo.
– No, nosotros ponemos un anuncio en el tablon y si viene otro, son 850.
– Vale, eso son 1700 para ti. Es muy bueno para ti, pero no para mi…
– Pero hay que pagar mas camellos…
– Los camellos salen tirados. Y mas para vosotros…
Vamos, que no. Que me fui al de los 600 y porque me apetecia el capricho.
Aunque en seguida vi la “difelencia” de precio. Se hace todo por transporte publico, entre otras cosas.
Te ponen en un coche compartido en Kasghar para ir a Yarkand. No estaria mal si el dueno no se empenase en esperar a llenarlo con cuatro pasajeros antes de salir. De hecho, uno de los tres que estabamos desde el principio se fue aburrido, imagino que a cojer el bus. Nosotros estuvimos mas de una hora parados esperando al cuarto. Incluso se pegaban entre ellos por los pasajeros y a uno hasta le tiraban de un brazo diferente cada taxista. El mio le debio hacer mas dano y se fue con el otro, que al final salio mas tarde.
Dos horas y pico y esaabamos en Yarkand (donde yo estaba 24 horas antes) y ahi me esperaba un guia chino que apenas hablaba Ingles (lo que es un avance para la zona) y la verdad bastante soseras.
Este apano con el conductor ir a otra estacion de micro-minibuses y taxis desde donde se va a los pueblecitos. Y alli alquilo un coche para ir hasta nuestro semidestino.
Toda esa zona alrededor de Yarkand es como una especie de oasis enorme y las carreteras flanqueadas por arboles, alamos creo, se cruzan perpendicularmente. Las casas son como pequenas granjas rectangulares formadas por una valla de adobe que incluye vivendas y casitas en su interior.
Tras algo mas de una hora de camino, y tras atravesar algunas carreteras cubiertas por parras, de repente todo se acaba y aparecen las dunas.
Aqui esperamos a que apareciese uno de los que nos habiamos cruzado por el camino. Era un hombre descalzo que llego en bicicleta vistiendo un pantalon bombacho remangado, camiseta y chaleco, casi todo en azul. Este se marcho y regreso con otro y cuatro camellos. Pero los camellos los metieron en un corralillo de exposicion y comenzo una negociacion entre el chino y el nuevo personaje que era el dueno de los camellos.
Una de las primeras partes de la negociacion parecia consistir en el lugar. El camellero hacia gestos como de que nos ibamos a hundir en la arena hasta la pantorilla. Yo interprete como que el chino le decia que los turistas queriamos ir a zona de dunas de arena que es lo que mola en las fotos y el local respondia que si estabamos locos, pero vaya usted a saber de lo que hablaban.
La segunda parte fue mas dura y larga y evidentemente era la cuestion monetaria. En total pasamos la media hora discutiendo. Me hubiera gustado saber por cuanto lo apanaban, porque pago 20 yuanes, que imagino era alguna especie de senal, pero no me he enterado cuando hayan pagado todo, pero desde luego que no mucho.
La unica pena es saber llegar hasta aqui para poder negociar directamente con la gente del lugar.
Por fin, a los camellos. La verdad es que eso de estar sentado a dos metros del suelo sobre algo que se balancea y que a veces tiene mala leche, impresiona lo suyo. En realidad el que tenia mas mala leche era el del chino, pero yo creo que no sabia tratarlo. El mio parecia contento de llevarme.
?Como se vera el desierto con los ojos de un camello? ?eh?
Le faltaban eso si los estribos. Para los que tenemos las piernas largas, llevarlas colgando acaba siendo cansado porque haces el esfuerzo para sujetarte con la entrepierna. En una de las paradas “tecnicas” consegui explicarlo y me encontraron uno de los estribos bajo las mantas, pero desafortunadamente le faltaba el derecho. Una pena, pero bastante mejoria al fin y al cabo.
Recorrimos algo mas de cinco kilometros desierto adentro. Una hora y pico de camino. Y plantamos el campamento junto a un pozo, que tenia al lado tambien unas cabanitas para ganado. Al parecer esto es zona de pastoreo de cabras y ovejas. Ya que el desierto mas que de arena, es mas bien “vegetariano”.
El chino hablaba uigur y entre ellos se llevaban sus buenas conversaciones. De vez en cuando me intentaba traducir p[reguntas de los locales y el resto el tiempo lo pasaba dando vueltas por las dunas o simplemente descansando.
Como siempre, haciendo amigos.
Ah, este era uno de los pocos lugarenos que encontramos por ahi.
Una vez llegada la noche, comparti la mini tienda con el chino. El me decia con la boca pequena que podia dormir fuera con los guias locales, peo alguien que va al desierto con ropa y zapatos de ciudad no parece muy en condiciones de pasar la noche a la intemperie.
Los pastores uigures, no solo estan acostumbrados sino que se han pasado la mayor parte de la noche hablando.
Por la manana, de repente habia llegado el invierno. Menos mal que me habia llevado ropa de sobras para ir al desierto y pasar la noche que se esperaba fria, pero aun asi todo la manana estaba heladora.
Al cutre-guia no se le habia ocurrido quedar con un taxi para volver. Ni siquiera pedirle el telefono a alguno para llamarle al volver al pueblo. Asi que hemos tenido que esperar primero a que el guia local fuera en la bici a buscar un triciclo al pueblo siguiente. Luego, en el triciclo ir hasta dicho pueblo porque el conductor era un poco imbecil y no parecia dispuesto a llevarnos por la mochila y el equipaje (dos bultillos) y el chino no ha [pensado que yo habia pagado suficiente como para comprarle el triciclo al tiquismiquis. Asi que nos ha cogido otro que nos ha llevado hasta el pueblo que tiene coches y ahi hemos cogido uno (compartido, por supuesto) hasta Yarkand. Donde el chino me ha sacado un billete de bus a pesar de que habiamos quedado que un coche compartido, pero despues de la espera del dia anterior a que se llenase uno, casi he preferido el bus.
Iba a parar en Yengisar para ver la fabrica de cuchillos, pero dada la hora que era he seguido hasta Kasghar directamente.
Bueno, pero una de esas cosas que queria hacer y he hecho
Y ademas, como lo prometido es deuda y para que baturreitor se pague unas cervezas el sabado que viene, aqui esta la celebracion del dia del Pilar en el Taklamaklan. Que por si alguno no lo sabe, significa ël que entra no sale”. Pero se refiere al dinero que llevas encima.