Aunque el otro dia en Hotan me volvieron a llamar Ali Baba, como en Marruecos (en los paises arabes, el proagonista del cuento es representado con barba), realmente sus descendientes se han establecido en estas tierras.
He vuelto del desierto sin parar en Yengisar por ir al bazar a hacer las compras tipicas para llevar pingos a familia y amigos (y tambien para mi) pero he salido con un rebote de tres pares. Carisimo y con no muy buenas maneras. Un par de malas experiencias en el bazar y luego en las calles del casco viejo me pedian el equivalente a 150 euros por un gorro. En un pais donde te puedes poner hasta arriba de carne por un euro…
He notado que en muchos sitios te hablan directamente en dolares y mucho me temo que los del tio Sam con las carteras ligeras han hecho estragos por aqui. Asi que he salido tarifando (nunca mejor dicho) y la gente se tendra que conformar como mucho con lo que pueda comprar en Pekin para que luego vayan a verlo al chino del barrio, pero paso de dejarme una pasta en cosas que no lo valen.
Ademas, tampoco se habia apuntado ninguna a los “vestidos”… 😉
Manana vuelo a Pekin donde pasare el sabado y el domingo para casa. Creia que lo que mas iba a agradecer de la vuelta iba a ser el camina sin mochila, pero creo que van a ser los teclados. Este es tan duro y asqueroso que creo que hasta los negros nuevos de la oficina me van a gustar.