Buenas,
por el título ya os imaginaréis de qué va el capítulo de hoy. Una de las actividades que se promocionan es un paseo en bicicleta por las aldeas más significativas del valle en el que se encuentra Luang Namtha. La experiencia está bien, pero no tiene nada que ver con lo que te ofrecen los folletos según los cuales en cada pueblecito artesanas de todo tipo hacen sus obras en las calles. Ni una en ningún pueblo. Pero insisto que no está mal la excursión.
Lo malo es que los caminos, algunos sobre todo, son de los de las piedras clavadas verticales y a tutiplén por lo que para la bici es muy incómodo y para lo que va encima del asiento ni hablemos. Así que una vez visto el percal, he hecho buena parte por la carretera asfaltada saltándome algunas aldeas de la ruta. Aparte, la actividad física por aquí con el calor y la humedad es para tomársela con tranquilidad.
Más o menos esto es lo que se ve…
Casas hay de muchos tipos porque aquí hay un montón de etnias y cada una trajo sus costumbres aunque algunas han tenido que ir adaptándolas. Dos aldeas contiguas pueden ser de dos etnias diferentes (suelen serlo) y ni siquiera en la misma aldea todas las casas son iguales.
De vez en cuando algún puente que al pasar la bici se mueve…
Muchos verdes diferentes conviviendo también.
Y eso que ahora falta el verde de los arrozales que es el que en su momento destaca sobre todos.
Las labores propias de la época.
Más puentes.
Un partido de chicas lao.
Más verdes.
Más labores en los arrozales.
Y más casas.
Saludos,
Colegota