Dado lo ajustado de nuestro tiempo decidimos saltarnos Kunming y pasar directamente de Dali a Chongqing para allí coger el barco por el río Yangtze.
Taxis, tren, avión y barco en menos de 24 horas.
Conforme llegamos de la excursión alrededor del Lago de la Oreja, cogimos las cosas y salimos a la calle a buscar un taxi para Xianguan.
Éste tomó la carretera, pero a los pocos kilómetros nos encontramos con un atasco enorme y sin visos de resolverse. Así que el taxista dio media vuelta y volvió a atravesar Dali para salir por otro camino y coger la autopista de peaje. Gracias a ello llegamos a la estación con tiempo suficiente e incluso aprovechamos para comprar algunas viandas y cacahuetes chinos que, por cierto, son muy ricos. Unas… digamos salchichas y algo parecido a bollos hicieron de cena improvisada en la misma estación, ante la mirada curiosa de los lugareños, algunos de los cuales pasaban una y otra vez por delante para ver qué comíamos y cómo.
El tren salió a su hora, a eso de las nueve de la noche y a primera hora de la mañana estábamos en Kunming. Ésta es una de las pocas ciudades cuyo aeropuerto está muy cerca del casco urbano por lo que el taxi nos dejó allí en cuestión de minutos y por unos pocos yuanes.
Lo malo era que el vuelo salía a mediodía y eran las 7 de la mañana. Para colmo, la facturación no comenzaba hasta las 10 y media y tuvimos que quedarnos con todo el equipaje mientras tanto.
No hay cafetería, sólo un restaurante con pinta de caro y al que encima hay que subir por escaleras que impiden llevar el carrito donde llevábamos el equipaje. En una de las pocas tiendas compramos zumos y algunas galletas que hicieron de desayuno.
El vuelo se retrasó casi dos horas y llegamos a Chongqing más de las tres. Allí una agencia de viajes que tiene un mostrador en el aeropuerto te trata de vender el billete de barco amparándose en una presunta oficialidad que no parece tal. Los precios comparados con los referidos en la guía de Lonely Planet y consultas varias en Internet, son caros. Pero sobre todo, nosotros queríamos ir hasta Yichang y lo que habíamos leído que eran dos noches, ellos nos decían que tres. Así que optamos por coger un taxi e ir al muelle a buscarnos la vida.