Recorriendo las aldeas de Nebaj

Buenas,

tras la caminata del día anterior entre Nebaj y Acul con sus cuestas pronunciadas, el guía me sugirió una excursión más suave y utilizando el transporte público en parte.

Primero regresamos a Acul, pero esta vez en bus, y ahí tomamos un tuk-tuk hasta Xexecap.

Una vez ahí salimos caminando, cruzándonos con los lugareños y contemplando la actividad del día a día. La mayoría de las gentes de por aquí, como mínimo te saludan al pasar y con algunos se entablan pequeñas conversaciones.

Llegamos a Xexocom, una aldea muy pequeña con apenas un puñado de casas y nos detuvimos un buen rato charlando con todos los que se acercaban.

Después regreso a Xexecap por dónde habíamos venido.

Xexecap es un poco más grande y tiene más actividad.

Tomamos otro tuk tuk de vuelta a Acul y le pedimos que nos llevase de nuevo a la Hacienda San Antonio a ver si había más suerte y podíamos ver la fabricación del queso, pero resultó que Sanidad no lo permite. También comenté lo de comprar y me repitieron lo de que estaba tierno aún, pero luego de hablar un rato les dio pena que hubiese vuelto dos días y me dijeron que iban a ver si encontraban alguno que estuviera más maduro.
Salieron al poco con uno que me recomendaron esperar que cuanto más tardase en comerlo mejor sabría, pero como veis en la foto no pude esperar mucho.  Ejem...
Lo que sí es cierto es que eso fue ayer y hoy ya estaba incluso mejor. Aplauso

Ah, le dedico esta foto a mi amigo Juanjo que es un apasionado de los quesos y seguro que cuando la vea se arrepiente de no haber ido a Nebaj o se da la vuelta y viene. Guiño

Saludos,
Colegota

5 comentarios en “Recorriendo las aldeas de Nebaj”

  1. Qué bien lo estás pasando!!!!

    Pero a mi no me salen las cuentas, si haces una ruta la mitad en Tuk-Tuk y luego te metes entre pecho y espalda ese queso…mal vamos.(Qué buena pinta…)

    El trekking engorda.

    Jejejeje

    1. En esta zona, sí. El guía me contó que fue una de las cosas que ganaron con su revolución. ahora tienen escuelas en todas las aldeas por pequeñas que sean. Además son públicas. Parece que antes las hubo privadas y que si el maestro no podía asistir algún día se lo descontaban del sueldo.

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